En mi primera experiencia nunca me sentí de esta manera. Ambos éramos tan inexpertos e inmaduros, jugando a saberlo todo. Rebecca tenía buenos recuerdos de su primera vez y siempre que traía el tema suspiraba de la emoción. En cambio, yo no puedo decir lo mismo. No sé si fue por no sentirme atraída del todo hacia ese chico. La curiosidad fue lo que me llevó a entregarla a alguien que ni siquiera amaba y en gran parte me arrepiento. Mi dolor fue más que el placer que decía Rebecca que se sentía. Llegó un momento donde solo deseaba que terminara, pues, aunque el dolor había cesado, aquel muchacho solo seguía y seguía. No hubo caricias, cariño, ni nada parecido. Tan pronto el acto acabó, me llevó a mi casa y nunca más supe de él. Ahora mismo todo se siente diferente. Cada palabra que dice es como si tuviera vida propia, pues ocasionan muchas cosas en mi cuerpo y me hacen imaginar cada detalle a la perfección. La curiosidad en mí había regresado, el interés de saber qué se senti
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