Las cartas estaban sobre la mesa, ninguno de nosotros podía cambiar nada, las cosas estaban dichas, los actos hechos y las vidas… nuestras vidas están completamente perdidas. No puedo hablar por el resto, pero si por mí, había logrado lo que quería, aunque con pequeños datos agregados, tome mi decisión y me haría cargo de ello, ya no había marcha atrás y no quería devolver el tiempo tampoco, su imperio cayó, todos cayeron… yo caí. Los pasos resonaban sobre el porcelanato, la gente caminaba de un lado al otro con sus carros o portafolio, algunos de traje, otros casuales. Todavía recuerdo la primera vez que pise este lugar, tenía dieciocho casi diecinueve años, venía furiosa y con una angustia terrible. Aric me traía para alejarme de la verdad, me encamino hacia un lugar lleno de baches para mi memoria. Me encerró en un pequeño castillo de cristal con la persona que me cuidaría durante diez años. Teresa ya no estaba, se habí
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