Sam
Estaba agotada, mi cuerpo parecía cortado por tijeras y mis piernas estaban algo entumecidas, había decidido matarme en el gimnasio luego de intentar llamar a Giovanni y que su línea diera desconectada, era como si se lo hubiera tragado la tierra y eso me desesperaba, necesitaba aclarar las cosas, quería explicar que lo que escucho fue a un idiota en papel de imbécil y que yo no tenía nada que ver con él, no sé porque tenía la necesidad de decirle aquello, pero algo en mi me decía que era lo correcto.
Gire la silla de mi despacho pensando en todas las palabrotas que acaba de emitir en mi mente, Liam conseguía sacarme de mis casillas en estos días, él lograba lo peor de mí, nunca nadie había conseguido eso en tan poco tiempo, pero él lo hizo y eso solo podía considerarse una cosa, él no era para mí, estar con Liam sería suBrantMe adentre en la oficina de mi hermana con las piernas entumecidas y el corazón galopeando, Sam mantenía el rostro sereno, pero al verme su semblante flaqueo un momento, ella al igual que yo sabia que esto no era normal ni estaba bien, su mirada estaba cargada de miedo y preocupación, sus ojos contenían un grito silencioso mientras me observaba.Aric tramaba algo y su gran sonrisa lo delataba, tomé aire mientras acomodaba mi saco con las manos y le sonreí, todos nos manteníamos en un plan de aquí no ocurre nada, aun cuando sabíamos que no importaba lo que hiciéramos no habría forma de escapar a lo que se avecinaba, camine hasta mi hermana y bese su frente con delicadeza, luego gire mi cuerpo y observe a mi padre en su traje negro, parecía listo para una reunión de negocios.Estire mi mano y lo salude con una sonrisa, esas que acostumbre a dar en todos est
SamMis músculos estaban completamente tensos, mis brazos me tiraban y mis hombros se sentían como dos estructuras rígidas dispuestas a romperse con el mínimo movimiento, mi espalda completamente estirada y llena de dolor.Aprete mis ojos cuando un fuerte golpe impacto contra mi rostro y jadee sin comprender que ocurría, mi vista todavía era borrosa y estaba completamente desorientada, varias voces se escuchaban a mi alrededor mientras mis sentidos volvían poco a poco.- Despierta – otro cachetazo se impacto contra mi rostro que ahora ardía y palpitaba.- Hijo de puta – bramó mi hermano.Abrí mis ojos despacio mientras me adaptaba a todo, el gris del piso, el sonido del agua en la distancia, el olor a humedad, tabaco y sangre, miré mis pies arrastrarse un poco por el suelo y los moví con gran dificultad para poder
Sam- Que coincidencia – la voz de Gio llego a mis oídos – Yo también lo espere diez años.Vladimir palideció completamente, su agarre en el arma falque y su rostro se tenso por completo, los ojos de Giovanni estaban fijos en su nuca donde el arma apuntaba, sonreí un poco, él estaba aquí, había venido por nosotros.- Últimas palabras – Vladimir levanto las manos en señal de rendición.- A tu padrino no le va a gustar esto – murmuro.- Me imagino, pero tampoco estará vivo para el final del día - otro disparo sonó y Gio jadeo.Vladimir giro su cuerpo tomando el arma de Giovanni que se recuperaba con una mueca clara de dolor, moví mi amarre nuevamente haciendo presión en mis muñecas, jadee del dolor y mis músculos se tensaron nuevamente.&
Las cartas estaban sobre la mesa, ninguno de nosotros podía cambiar nada, las cosas estaban dichas, los actos hechos y las vidas… nuestras vidas están completamente perdidas. No puedo hablar por el resto, pero si por mí, había logrado lo que quería, aunque con pequeños datos agregados, tome mi decisión y me haría cargo de ello, ya no había marcha atrás y no quería devolver el tiempo tampoco, su imperio cayó, todos cayeron… yo caí. Los pasos resonaban sobre el porcelanato, la gente caminaba de un lado al otro con sus carros o portafolio, algunos de traje, otros casuales. Todavía recuerdo la primera vez que pise este lugar, tenía dieciocho casi diecinueve años, venía furiosa y con una angustia terrible. Aric me traía para alejarme de la verdad, me encamino hacia un lugar lleno de baches para mi memoria. Me encerró en un pequeño castillo de cristal con la persona que me cuidaría durante diez años. Teresa ya no estaba, se habí
La vida era complicada y eso yo lo sabía bien, cuando comencé aquel viaje me imagine como irían las cosas, tuve una leve visión de mis metas y lo que podría conllevar cumplirlas. Supuse que sería complejo y arriesgado llevarlas a cabo, temí arrepentirme o sacar lo peor de mí y al final una de esas cosas se había cumplido.Miré por la ventanilla del avión, el cielo estaba completamente despejado, el sol brillaba en lo alto y el océano permanecía calmo desde la distancia, mis ojos se aguaron nuevamente, estaba como empecé, perdida. Había confiado en las personas incorrectas, me sentía utilizada, aun más de lo que yo misma había utilizado, ahora no tenía madre ni padre, no tenía hermanos y no sabía si estaba preparada para aquello.Estaba volviendo a mi inici
Después de diez años estaba volviendo a mi hogar, aquel lugar donde crecí y del que no recordaba nada. Sonaba casi absurdo en mi cabeza, pero era la verdad, no tenía recuerdos de mi niñez, o al menos no los básicos. No recordaba la escuela, amigos, ni siquiera a mi madre, aquella mujer que la engendró era solo una foto en mi bolsillo.Recordaba haberle preguntado a mi padre qué paso con ella, pero él no quería hablar del asunto, le pregunte a mis hermanos y la respuesta fue escasa, “falleció en un atentado hacia la familia”, pero cuando preguntaba el por qué, solo obtenía un silencio atormentador, nadie quería decir nada, nadie quería que recordara.Suspire mientras observaba las calles de Roma, la vía Condotti estaba llena de gente como casi todos los días, pero algo de aquello me par
¿Qué haces tú aquí?Gire sobre mi eje para poder ver bien al sujeto que ahora me hablaba, estaba casi segura de quien era, pero el parecido de sus voces me hacía dudar por momentos. Contemple las escaleras blancas, las baranda era de madera lustrada, sobre la pared una serie de cuadros de algún pintor famoso adornaba el trayecto, seguí mi recorrido sin ningún tipo de expresión en mi rostro, no le daría el gusto, jamás lo haría, aquel hombre no merecía ningún tipo de reacción de su parte y lo sabía.Había escuchado la famosa frase “las nenas son de papá” en varias ocasiones, también me pregunté porque para mi vida no se aplicable. Aric Schroeder era un hombre imponente aun a su avanzada edad, su cabello ahora tenía tintes blancas producto de su vejez, su mand&ia
III. Descubriendo mentiras Abrí los ojos por monotonía, anoche no logré descansar y sé que eso me traerá consecuencias para el día de hoy, pues mí carácter empeora con el sueño y lo último que necesito es volver a discutir con Aric, no creo que su nariz aguante otro golpe y mucho menos que salga ilesa de aquello. Algo me decía que aquel hombre se había contenido por algún motivo particular, tenía que haber algún motivo, pues demostró su poco agrado hacía mi presencia ni bien llegue a la casa y ni hablar de la falta de cariño hacia mí persona. El hombre no me quería acá y yo no lo quería a él, por lo que eso solo podría ser sinónimo de problemas. Vague por los recuerdos de mi mente mientras observaba el techo, no sé si hice bien en volver, creo que no, pero ya estaba aquí y debía que enfrentar todo esto. Anoche, cuando pensé que no había nadie y seguramente ellos pensaron que dormía, los escuché discutir