Alessio dejó salir un largo suspiro acomodándose en la cama, sintiendo como todo su cuerpo se sentía. Esos meses en cama habían sido los peores de toda su vida, aprendió que cuando Yoshio se dejaba meter en la cabeza sobre alguna apuesta, este perdía de manera intencional, pero sí era algo que le gustaba, hacía su mejor esfuerzo para ganar.Ahora, con un embarazo de varios meses y que parecía que en cualquier momento daría a luz a dos bellos y hermosos gemelos. Yoshio debía de estar en alguna parte de la casa haciendo cualquier cosa y Alessio se tomó muy en serio lo del embarazo. Algunas veces sacaba de su zona de confort al pobre de Yoshio, quien lo único que podía hacer era cumplirle lo más que podía todos esos antojos.— Ya tengo hambre otra
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