Era como si el mundo se hubiera detenido. Allí estaban los dos, Matteo apoyado con una rodilla sobre el suelo y Lia apenas conteniendo las ganas de llorar y reír al mismo tiempo. Se sentía la mujer más feliz del mundo. —Aquí empezó nuestra historia, aunque yo no lo hubiera sabido entonces, y es aquí donde quiero que demos un nuevo paso en nuestra vida —musitó Matteo—. No sé si fue el destino o la suerte quién nos juntos de nuevo, pero quiero ser yo quien se aseguré de que permanezcamos juntos. Eres lo mejor que me ha pasado en la vida y me has enseñado lo maravilloso que puede ser el amor. Lia Morelli ¿Me permitirías convertirme en tu esposo? Lia se quedó en silencio y no porque no tuviera una respuesta clara. Sabía que quería. Soñaba con pasar el reto de su vida junto a Matteo, despertar e irse a dormir a su lado, compartir los buenos y malos momentos. Si tan solo pudiera decir algo, pero su boca estaba seca y las palabras no salían de su garganta. Respiró pr
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