Natalia tenía en sus manos mi prueba de embarazo, prefería escuchar las malas noticias de su boca, que enfrentarme yo misma a ellas. ¿Qué haría si estuviera realmente embarazada? Siempre estuve segura de que no quería ser madre, bajo ningún concepto, no solo porque el parto me da pavor solo de imaginarlo, sino que me parece una carga demasiada alta que llevar y que te acompaña para toda la vida. Creo que es eso lo que me asusta más, ser madre es un compromiso el cual una vez aceptado, no tiene marcha atrás. La poca paciencia que tenía ya me estaba por volver completamente loca, así que mire a Natalia y le dije:- ¿Y, tengo que pedir cita con el ginecólogo?No hubo necesidad de que me respondiera para saber cuál era la respuesta. Estaba realmente jodida. Debería de haberme puesto a llorar, pero ni una lágrima hizo acto de pre
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