28. Lo siento
Estaba de pie en medio de la habitación de Harry, me había dejado una camisa suya sobre la cama para que me cambiara. El cuarto era enorme, solo estaba iluminado por las lámparas de mesita, pero a pesar de todo se podían ver el par de cuadros artísticos que había colgados en la pared. Tenía cada cosa en su sitio, todo estaba tan bien ordenado que daba envidia. Solo Daniel podía tener el cuarto así de organizado.Deposité mi abrigo y mi bolso en uno de los sillones junto al ventanal, me quité el vestido por encima de la cabeza y tomé la camisa que me habían dejado sobre la cama, no pude evitar pegar mi nariz a él y percibir su olor, era el perfume de Harry. Me puse la camisa, era grande y podía cubrirme lo suficiente. Tomé mi móvil y me senté sobre la cama. Le escribí un mensaje a Allison diciéndola que no regresaría a casa hasta mañana. Deposité el móvil en la cabecera de la cama y me metí entre las sabanas, hasta la almohada olía a él. Entonces me acordé de sus besos y
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