La había acostumbrado a su forma de ser y de amar, o al menos eso creía. La dominaba a su antojo y le daba lo que el enclenque del novio no supo darle. No era de extrañar que ella se enamorara de él, un hombre de verdad, fuerte y sin misericordia, con un carácter masculino y músculos como acero. Además no era feo, medido al lado de los que había conocido estaba mejor que la mayoría y en la cama se convirtió en un experto, provocándole más orgasmos a ella que los que había tenido él mismo en toda su vida. Todas las reflexiones que cruzaban por su mente encontraban un obstáculo, y era las condiciones en que se encontraban. Charley era prácticamente analfabeto, pero a fuerza de observar y de analizar a las personas que le rodeaban, sabía que el ser humano era muy complicado y engañoso. Los animales son mucho más sinceros, pero nosotros podemos engañ
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