"¿Quieres comer algo?"Alexander dejó el libro que estaba leyendo a un lado y miró a su hermana. Ella lo veía todavía con esa mirada de lástima y su voz era suave, como si estuviera tratando con un animal abandonado. Se frotó la nariz y asintió. "No tienes que cocinar para mi, lo sabes.""No me molesta. Además, tengo tiempo libre." Se apoyó contra el marco de la puerta de su habitación y miró alrededor antes de chasquear los labios. "¿Qué harás hoy?""Solo estaré leyendo por el resto de la tarde. Pero voy a salir en la noche."Lisa lo miró fijamente antes de asentir. "Está bien." Sus miradas se encontraron por un momento, pero ninguno dijo nada. "De acuerdo. Puedes salir en cualquier momento a comer.""Gracias."Cuando ella se fue, cerrando la puerta detrás de sí, Alexander lanzó el libro sobre su
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