Adara. Quedando el apartamento asolado me dejo caer en el sofá cama estilo nórdico, color rojo vino, me acurruco con el suave y esponjoso cojín, exhaló todo el aire que tenía contenido, me pierdo en las lagunas del remordimiento y del arrepentimiento, cierro mis ojos con fuerzas y la imagen de esos ojos verdes se hacen presente. Es inevitable pensar en él, es inevitable que mi corazón sienta miles de sensaciones, poco a poco siento que mi mundo da vueltas y vueltas, no puedo permitir que un hombre prohibido se apodere de mi corazón, creo que estoy a tiempo de poner en stop algo que nunca ha existido. Mi vida no puede girar en torno a él y menos sufrir por un amor que no es mío. Abro mis ojos de golpe y me levanto con la única razón de llamar a Óscar, no permitiré tener este sentimiento de soledad porque mi única amiga decidió realizar su vida con el patán número uno. Ryan puede se
Leer más