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103 chapters
CAPÍTULO 101
La noticia había corrido como pólvora. El nacimiento de los herederos se había adelantado y la noticia se había esparcido como pólvora. Para cuando Brennan logró regresar del aeropuerto con Maddox y su familia, ya la comunidad había puesto manos a la obra y organizado la celebración.En cierta medida era un poco gracioso, Rhia gritaba en el segundo piso mientras la doctora la hacía caminar por la habitación, y en el primer piso todos levantaban las copas y bebían. También era curioso que se esperara cierta agresión de parte de la reina como lanzar cosas por la ventana, algunos incluso llevaban sus paraguas.Los Alfas más cercanos fueron los primeros en llegar, pero los otros no se perdieron demasiado, porque quizás por ser primeriza, Rhiannon tuvo un parto realmente largo. A veces andaba por la habitación, se peleaba con Briccia, con la Nana, con la doctora y
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CAPÍTULO 102
La ceremonia para presentar a los cachorros en el templo de la Diosa fue sencillamente perfecta. Briccia la presidió y tal como Rhiannon quería, los herederos al trono de los lycans fueron llamados Max y Luka.En el jardín trasero de la casa se ubicaron después todas las mesas de la comida, trajeron música y la celebración se extendió en torno a la reina y sus cachorros.—¡Pido el primer año! —exclamó Dimitri después de hacer su brindis y todos sabían a lo que se refería.Cuando los cachorros cumplieran los quince años, tenían que comenzar un viaje educativo por las manadas. Cada Alfa se los quedaría un año entero para entrenarlos en las costumbres de sus manadas y darles un recorrido por sus territorios. Eso era fundamental si querían criar buenos reyes.—Dimitri, tienen dos días de nacidos ¿y t&uacu
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CAPÍTULO 103
Treinta años después   —¡Ocho hijos! —exclamó Aidan dando vueltas por la habitación como si fuera una jaula, mientras Rhiannon se doblaba de la risa—. ¡Tenemos ocho hijos y ninguno quiere el trono! —escandalizó girándose hacia su loba—. ¿Cómo puedes reírte en una situación como esta? —Cariño, es que por si no te has dado cuenta, son las tres de la madrugada y estás dando un discurso sublime… ¡en calzones! ¡Así no puedo tomarte en serio! —sonrió ella y Aidan gateó sobre la cama hasta llegar a ella. Le dio un beso rápido que creció con el calor del momento. —Espera, espera… ¡De verdad estoy preocupado! —dijo el rey echándose hacia atrás—. ¡Ya me quiero jubilar, como los humanos! ¡Y no puedo hasta que uno de estos babosos no se ponga la corona! Rhiannon se cubrió la cara con las manos y se aguantó la risa. —Mira, hemos criado excelentes hijos. Todos son responsables y buenos, eso es lo que importa. Prácticamente mane
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