—¿Habías estado antes en un duelo? —preguntó Rhia, dejando a un lado el cinturón de cuero que ya no podía ponerse.Llevaba pantalones negros ajustados y una playera de mangas a los codos, oscura también. Estaba lista para pelear aunque esperaba de corazón no tener que hacerlo.—No, nunca —respondió Aidan—. Mi padre colocaba a los Alfas de manera estratégica, atendía a su poder, sí, pero no los sometía a duelos, decía que eso era bárbaro.—Bárbaro es asesinar al lycan vencido si se rinde, pero una buena pelea por la supremacía no le hace daño a nadie —dijo Rhia encogiéndose de hombros—. Los Alfas deben ser los más fuertes de sus manadas, tienen que ganarse su respeto y su apoyo para poder liderarlos. Un Alfa cobarde, un Alfa débil, no ayuda a nadie, al contrario.Terminar
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