16. PUEDE SER PELIGROSO, MARCOS.Marcos por cuestiones del trabajo llega tarde y va directo por Simón, pues es hora de que el pequeño duerma.Toca el timbre de Sarah y ve la puerta ser abierta.—Hola, boni... ¡Señora Jardon, ¿cómo está?!—Hola, señor Jones.Sarah que está detrás de la anciana, se cubre la boca para no soltar una carcajada por la expresión de sorpresa de Marcos.Él la mira con una sonrisa de boca cerrada y ojos achinados, negando con la cabeza.—Hola, vecino —Sarah se acerca a la puerta y lo saluda.—Hola, Sarah.—¡Hola, papá! —aparece también el pequeño, quien es levantado en brazos por su progenitor. Marcos le llena la cara de besos y Sarah los mira sonriendo ante tan tierna escena.La chica solo aparta la mirada de padre e hijo cuando la señora Jardon voltea a mirarla para despedirse.—Bueno, Sarita, hasta mañana.—Hasta mañana, señora Jardon, muchas gracias otra vez.—Con gusto, mi niña —la anciana mira a sus otros dos vecinos—. Buenas noches, Simón, buenas noches,
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