Por la noche llego a su apartamento, encontrándolo sumamente frío y desolado. En cuanto entraba en calor sintió que sus huesos comenzaban a fortalecerse. Tumbada en la cama mirando hacia el techo se pregunto.—¿Qué voy hacer? Dijo en voz alta. —De seguro ya no tengo empleo, y con mis ahorros sobreviviré un par de meses. Se decía. Pero a pesar de las preocupaciones de su vida mundana, de su cabeza no se salía ese lobo. ¡Dios! Pensó, era tan doloroso estar enamorada de una persona que resulto ser tan inalcanzable. Aunque los padres de este chico habían sido los que la rechazaron y ya no estaban, no significaba que el resto de su gente la aceptará.Lamentablemente no podía cambi
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