Capítulo 43.
Al adentrarnos en la cabaña nos sumergimos en un ambiente triste, la habitación es fría. El único sonido es el de la madera consumiéndose por el fuego y la respiración pesada de West, quien se encuentra dormido en el sillón y ni se inmuta por nuestra presencia. River deja nuestras mochilas en el piso y se aleja quitándose su chaqueta mojada.— Será mejor que vaya a ver un momento a Helena, tú querrás ver a Dagan.Asiento.— Ve, ella te necesita — en verdad lo entendía, después de todo Gaia era su amiga y necesitaba a River.River me da un beso en la mejilla y sube las escaleras con dirección a su cuarto.Quito mi chamarra mojada tendiéndola cerca de la chimenea. Voy camino a la cocina y de la repisa saco el frasco de la manzanilla, pongo un pocillo con agua y lo dejo ahí hasta que esté lista.Al final lleno una taza, y voy con dirección a la habitación de Dagan. Golpeo la puerta una vez, despu
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