Dani Cuando mis ojos se abrieron, me costó entender qué pasaba a mi alrededor, por qué tenía una bata de hospital, por qué estaba en esa habitación blanca con aparatos hospitalarios, por qué tenía suero en mi brazo y por qué una leve molestia yacía en mi vientre. Lo primero que pensé fue que estaba teniendo un sueño, uno de esos que son lúcidos y que todo parece demasiado real, pero luego, como un balde de agua helada, la realidad y los recuerdos golpearon a mi puerta y supe la jodida respuesta de todas mis preguntas. Lo más doloroso y destructivo emocionalmente, es que esa respuesta tenía nombre y apellido: Nathan Saigless. Toqué mi herida sobre la bata, con mucho cuidado, la palpé pensando en cómo había ocurrido todo, en cómo las cosas se salieron de control de una manera tan inesperada y rápida. El sucedo me dejaría un claro trauma, así que si salía pronto de aquí, no solo tendría que preocuparme por encontrar un nuevo trabajo (recordemos que lo q
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