Vladek nunca le pondría una mano arriba a su pareja. Pero en las últimas horas habían notado que no parecía ser el habitual lobo de siempre. Más bien, era como si estuvieran viendo a aquella bestia sin control toda herida y dolida después de perder a su pareja, a su hijo a manos de su propio hermano.Karia corrió y abrió la puerta de golpe.-Cuñada, eh cuñada, si estás aquí responde- pero no recibió respuesta.
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