Con esto no es que quiera justificar el robo, el atraco o cualesquiera otros delitos, porque la moral de un pájaro debe de estar siempre por encima de toda necesidad, aun cuando sea la más imperiosa de todas, pero también ha de entenderse, si algo de humano tenemos, que si de lo resistible a lo irresistible sólo hay un salto, también lo hay del orden al desorden y nadie podría pasar un día de hambre, si lograra resolverlo con sólo tender su mano. Por esta razón, en cualquier sociedad del mundo, donde no se valore y se mida con la misma balanza las necesidades del individuo, siempre aparecerá el delito como resultado de la propia injusticia. Son cosas en las que tal vez no pensaría ningún legislador al sentirse con la barriga llena y los bolsillos abultados, pero al menos quedarían como lentes a sus ojos, y puedan llevarlo a un atinado razonamiento, de que no es la gravedad de la pena ni la fab
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