Cuando el médico se lo permitió, Rodrigo fue a ver Scarlet, una enfermera lo llevo en silla de ruedas, pues él aun no podía caminar. —¿Cómo te sientes? —Preguntó él mientras le agarró la mano. —Mucho mejor. —Permanecieron el silencio, las cosas que habían sucedió, ninguno de los dos deseaba hablar de eso. —¿Y Jr.? —Preguntó con tristeza, creyendo que tal vez el niño ya no estaba —Jr. está en la casa, sobrevivió todo este tiempo, aunque este ha sido un año difícil para él, la enfermedad avanzó... mi niño ya no camina, le cuesta mover sus brazos, necesita asistencia para comer. —Scarlet entristeció. —Quería estar con él cuando todo eso le sucediera. —Lo sé, no tuviste la culpa de lo que pasó. Mi papá me dijo que Jr. está tan feliz con su hermanito, es un verdadero milagro que lo haya podido conocer. —De verdad es un milagro que aun siga viviendo.
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