No solo Alejandro notó el gran cambio de actitud de Scarlet, Chaustre también. Sabía que ella detestaba a Alejandro, y le pareció sospechoso que de pronto actuara como una mujer enamorada.Una tarde que Alejandro no se encontraba, Scarlet fue a nadar en la piscina de la casa, y Chaustre llegó donde ella se encontraba.Scarlet estaba sumergida y se dirigía como un delfín hacia la otra punta de la piscina. Cuando sacó su cabeza para respirar se encontró con el hombre, él estaba inclinado esperando por ella.—Chaustre, qué sorpresa, ¿vienes a bañarte? —Él metió la mano el el agua y la sacó llena, el agua se derramó.—No, solo he venido a hablar contigo.—Cómo qué deseas hablar? —Él volvió a tomar agua de la piscina, delante de ella, la mantuvo en el hueco de la mano hasta que toda se escurrió.—¿Ves como no pude mantenerla por mucho tiempo? te aseguro que lo que planeas en contra de Alejandro tampoco perdurará por mucho. —Scarlet tragó saliva, nadie
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