El cuerpo de Hades estaba caliente, tan caliente que quemaba. Su marca en el cuello igual quemaba, así como si interior que empapaba la cadera de su esposo. Nebraska sentía una sensación igual a cuando estaba a punto de entrar en celo. Acaso eso lo estaba provocando su esposo.Bajó la mirada y lo miró directo a sus ojos. Estos a pesar de no notarse enfocados la devoraban y la hacían temblar. Tenía ganas de ser tocada por él, se ser besada. Tuvo un impulso de quitar los grilletes de él y dejarlo a su libre albedrío pero recordó que tanto Siran como Leoxi fueron muy estrictos en los requisitos para dejarla estar ahí, ese era uno de ellos. No soltar a su alfa.Chasqueó la lengua. Y desde cuando ella oía órdenes, aunque tenía que reconocer una cosa, no solo era la erección de Hades la que se notaba más grande, el cuerpo del lobo se sentía más grande, sólido y salvaje. Ella estaba acostumbrada a su cuerpo y de cuanto tenía que abrir las piernas para tenerlo entre ellas pero esta ve
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