Todos los capítulos de Abandonada y Embarazada [#1 Trilogía Bebés]: Capítulo 1 - Capítulo 10
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CAPÍTULO 1
—Diez minutos más —supliqué con voz ronca y el corazón pendiendo de un hilo. Tenía un nudo en la garganta, sentía como un hormigueo recorría cada centímetro de mi piel y la angustia se apoderaba de mi cuerpo con cada segundo que transcurría. Los presentes me observaban con gran expectativa y en algunos rostros notaba una pizca de comprensión. La expresión de mi rostro definitivamente no era la mejor ni la más cordial, mis músculos tensados, mis mejillas empapadas en lágrimas y mi mirada puesta en la entrada delataba mi espera por un milagro. Ahí estaba yo, en el supuesto mejor día de mi vida, con el vestido más hermoso que pude haber elegido con la ayuda de mi mejor amiga: ceñido al cuerpo en la parte alta; en la baja una radiante caída esponjada que contrastaba con el encaje blanco; la cinta ataba mi cintura y moldeaba mi figura. Era realmente hermoso, desde el primer instante que lo vi, me enamoré y supe que sería el que usaría para unir mi vida a la de mi amado no
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CAPÍTULO 2
Los días siguientes no fueron los mejores, no fueron muy distintos a aquel doloroso momento que viví frente al altar. Me costaba despertar un día más; un cansino y repetitivo día más. Superar aquella decepción me estaba costando muchas noches sin dormir, días sin vivir y mucha angustia y dolor.Aquella mañana no era la excepción de una rutina segura a la que ya venía viviendo desde hacía un par de semanas. Ni sabía qué hora era imposible seguir durmiendo oyendo las voces al otro lado de la puerta.  Abrí mis ojos con lentitud y fastidio. Ya me imaginaba la escena de todos los días; era predecible lo que estaba a punto de ocurrir.—¡Bella! ¡Abre la puerta! —clamó mi mamá, tocando con sus nudillos la madera dura de la puerta.Justo ese era el episodio matutino de mis días, ya había olvidado las vece
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CAPÍTULO 3
—¡Esto es una locura! —farfulló Mell por décima vez—. No sé qué hacemos aquí.—Ahhh… ¿ahora no sabes? —repliqué de inmediato—. Tú me diste la idea —susurré en mi defensa─. Fue tu idea, tu plan, tu culpa.Resopló de forma dramática y asintió no muy convencida.—Bueno sí, pero ya me arrepentí —murmuró insegura y rodó los ojos, cosa que hacía muy seguido en esos minutos que llevábamos escondidas—. Recuérdame una razón para estar aquí.—Descubrir lo que oculta James y luego hacerle lo mismo que me hizo —respondí para convencerla. Realmente era un plan que me daba curiosidad y me atraía llevarlo a cabo. La influencia de mi mejor amiga había resultado un éxito.—Todo sea por no cometer un crim
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CAPÍTULO 4
Los días siguientes transcurrieron entre molestias físicas. Tenía un malestar estomacal que me estaba torturando, además, estaba experimentando una crisis de sueño terrible y un dolor de cabeza extremo. Realmente me sentía mal, muy mal.Me levanté como de costumbre y al ponerme las pantuflas sentí un fuerte mareo, todo me daba vueltas y luego sentí un leve cosquilleo en mi vientre, me senté en el borde de mi cama y esperé unos segundos para que se normalizara el movimiento que daban las cosas ante mi vista.Sin embargo, me fue casi imposible soportar dos minutos más sentada. Allí estaba de nuevo.—¿Estás bien? —preguntó mi mamá, sosteniendo una notable expresión preocupada al entrar y verme arrodillada frente al inodoro.Una de las peores cosas que estaba pasando en los últimos tres días, había sido una oleada de náuseas y vómitos, lo que me dejaba aún peor de lo agotada y fatigada que ya estaba.—Sí, mamá. De seguro algo me cayó mal —repliqué, quitándo
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CAPÍTULO 5
Luego de una hora de caminar algunas calles de la ciudad bajo aquella intensa lluvia y de refugiarme un poco bajo el techo de un establecimiento abandonado, decidí encender mi celular y llamar a mi mejor amiga para contarle lo que estaba pasando. Minutos más tarde, nos encontrábamos sentadas en una cafetería cercana.—¡Embarazada! —gritó Mell a todo pulmón, con un entusiasmo único—. ¡Wau, vas a ser mamá!—Baja la voz, nos están viendo —murmuré irritada, y bajé la cabeza para evitar las miradas curiosas—. Por favor, Mell, no quiero más espectáculos frente a la gente.—¡Voy a ser tía! —exclamó alzando sus manos, pero luego se detuvo a pensar y bajó la voz para agregar—: Eso es bueno ¿no?—No lo sé, creo que sí —respondí sin ánimos
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CAPÍTULO 6
Los días transcurrieron y en mi estadía en el apartamento pude descubrir varias cosas más sobre James, y una de ellas era que tenía muchas deudas, las facturas llegaban sin parar y eran mucho los documentos de préstamos firmados que estaban escondidos en una caja, detrás del armario.  Además, había otros donde constaba que la empresa familiar había adquirido una gran deuda para poder solventar una mala inversión que habían hecho. Al parecer, esa era otra de las tantas cosas que me había ocultado, porque siempre afirmaba que era un gran hombre de negocios y que no fallaba en ninguna de sus inversiones, que tenía el poder de generar mucho dinero, aunque fuese a partir de un centavo.Cuando me enamoré de James, nunca lo hice por un interés económico. Sin embargo, según los demás, mi relación con él tenía fines económicos,
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CAPÍTULO 7
Cuando empecé a recobrar la conciencia y mis sentidos, intenté abrir mis ojos, pero la pesadez casi me impedía hacerlo. Escuchaba voces a mi alrededor y podía percibir el movimiento que acontecía a unos cuantos centímetros de donde me encontraba. Me dolía la cabeza de una forma intensa y palpitante, era como si con cada pálpito se incrementara el dolor y la horrible sensación se extendiera por cada milímetro de mi cuerpo. —¿Estás bien? —cuestionó, una temerosa voz conocida—. ¿Me escuchas, cariño?—¿Bella? —preguntó otra voz.Me apresuré a abrir mis ojos y luego de varios intentos forzosos, al fin pude abrirlos, aunque con gran dificultad. Todo era como una visión borrosa, o al menos así lo presenciaba mi interior. Con los ecos de las voces y los sonidos distorsionados, era poca la realidad que lograba reconocer.Miré a mi alrededor y recibí una gran carga de luz. Volví a cerrarlos y tragué saliva, tenía la boca seca y mis
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CAPÍTULO 8
Las noches dieron paso a los días, y tras una semana de reposo y de cuidados, al fin me sentía con más fuerzas. Había pasado las primeras noches llorando, pero intentaba controlarme por el bien del bebé.Me levanté como de costumbre y tomé un baño de al menos veinte minutos, luego me vestí con mi ropa favorita y me dispuse a desayunar con mis padres, quizás los tomaría por sorpresa, no estaban informados de que ya me sentía bien, quería darles unas palabras de agradecimiento por sus cuidados y atenciones.La verdad es que se habían comportado muy bien, me consentían e incluso me llevaban la comida a la cama y no permitían que hiciera esfuerzos o alguna acción que pusiera en peligro mi recuperación; me alegraba volver a tener su apoyo y respaldo, me hacían sentir que podía seguir adelante y superar todo aquello que me había t
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CAPÍTULO 9
—Espera… ¿cómo que en adopción? —inquirió Mell y levantó una ceja en señal de incredulidad—. Dime que no es cierto. Asentí con mi cabeza e hice un sonido afirmativo. Luego limpié mis lágrimas con mis manos y la miré.—Ni siquiera yo soy capaz de creer algo así de ella —murmuré y tapé mi rostro con mis manos—. Prometió apoyarme, cambiar, y solo sigue siendo la misma egoísta de siempre. —Es increíble hasta donde llegan los prejuicios —susurró—. Le imploré que no se metiera en tu vida, que te dejara encontrar la felicidad por ti misma, que ya suficiente daño te había hecho James como para que ella siguiera pensando que es el amor de tu vida. Pero intentar decidir por ti en cuanto a tu hijo, ya es pasarse de la raya, esto es mucho más grave, Bella. Leer más
CAPÍTULO 10
—¡Darás a ese niño en adopción y es mi última palabra! —exclamó mi madre furiosa, en un grito. —¡Que no lo haré! —grité de forma estrepitosa—. ¡No voy a vender a mi hijo! ¿O es que tu si lo harías? ¿Me habrías vendido o a Angie solo por no ser una madre soltera?Mi madre me miró con sus ojos llenos de mucha rabia y enfado. Se notaba indignada e irritada, era como si mis palabras hubiesen tocado la fibra más arraigada de su cólera, y casi de forma instantánea, su mano rozó mi mejilla con fuerza e ímpetu, pasando sus dedos de forma vigorosa por cada milímetro de mi piel; casi arrastrándola a su paso. La calentura rápidamente se esparció por toda el área de mi mejilla afectada y giré mi cara con lentitud, mis cabellos se pegaban a mi rostro debido a las
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