—Bueno, ¿entonces me volverás hablar?, yo puedo estar todo el día así. No pesas casi nada. —No quiero hablarte nunca más en mi vida, déjame en paz de una vez. —Eso no suena bien, podemos estar aquí encerrados por días, incluso semanas, ¿no querrás estar así en silencio? —Por mi como que no existes Sam ¡Bájame de una vez! —¿Porque me odias tanto? Tenía que saberlo, no podía detestarlo por el simple hecho de no querer estar con ella. Le estaba haciendo un favor al no juntarse con en el ámbito de la intimidad. —Eres como toda la b****a que he conocido en mi vida, y sabes que ya no me importa lo que piensen, ni de la caridad de nadie. No quiero hablarte más, por favor respeta mi decisión. —¿Basura? ¿Qué te hicieron para ser así? Le dijo poniéndola en el piso. —Solo déjame en paz. Sus ojos estaban cargados de dolor y a punto de desbordarse en lágrima
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