Pierdo más de veinte minutos intentando unir los trozos de la carta que accidentalmente rompí, hasta que lo logro. Leo detenidamente esa letra curveada que me trae algunos recuerdos, mas no se de quién. Me indica una fecha que a primera vista significa nada, solo que es de un año ya vivido. Abajo de ella, una dirección. Y en rojo sangre la suplica de ir antes de que sea demasiado tarde. Abandono la pieza y me dirijo a ese lugar que no sé dónde es, ni cómo llegaré, pero al que debo ir. Así la muerte me alcance en el camino.En cierto momento acabo en la camioneta de un desconocido en el que tengo que confiar porque no hay otra opción. La dirección, pronto me entero, está a un par de horas andando en auto; un día entero caminando. No hay tiempo. Necesito llegar y este suj
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