ELEONOR Gracias a la educación que mi padre me había dado desde pequeña, solía ser responsable en todo: tareas, presentaciones, universidad... incluso cuando me invitaban a alguna fiesta, solía ser la primera en llegar; en ese punto tal vez no era tan bueno ser puntual, pues por lo general, los demás me veían con un destello de diversión en su mirada, pues incluso llegaba a verme como una niña con pocos amigos que vivía desesperada para que fuese tomada en cuenta en sus reuniones sociales.Lo cual no era así, pues simplemente tenía la manía de que si me daban una hora, llegaba a esa hora, a veces unos minutos antes, pero nunca tarde.Situación que no estaba ocurriendo el día de hoy al llegar a la universidad, puesto que, a unos pocos kilómetros de haber salido de casa, el auto de mi padre había decidido dejar de funcionar, retrasándome casi 10 minutos. No podía dejar de mirar el reloj, mientras espera
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