Escuchar la melodía que le recuerda a ella sin que el corazón amenace con explotarle, Sebastián lo toma como una prueba irrefutable para decir que sí, que ha superado lo de la ruptura. Y si lo encaras y le dices que no, que no ha salido adelante, que sigue en lo de ella, te dirá su nombre treinta veces, y tú no hallarás sentido a sus palabras. Lo hará otras sesenta… cien, si es justo, y al rendirte te dirá que a Alma la olvidó, y que ahí está la prueba. En mencionar su nombre así: a la ligera. Como quien cita una buena anécdota sin que eso implique querer vivirla de nuevo. De una parece coherente la postura. Lo que le hace ruido a su familia es la manía de mencionarla a cada rato. Si a la quinientas se le escapa algún suspiro, él no tiene apuro en admitir que le suspiró a ella. Si a
Leer más