Me despierto con una sensación caliente en mi vientre, como algo placentero se extiende por mi sexo, ya más que húmedo por la sensación. Inconscientemente, me muerdo el labio inferior a la vez que un gemido de placer se me escapa entre dientes.Mi cabeza aún no ha asimilado la situación. Sin embargo, mi cuerpo comienza a menearse hacia delante de manera instintiva y cuando mis caderas dan hacia atrás, mi trasero choca contra un bulto duro que consigue hacerme gemir de nuevo.—Buenos días —murmura una voz ronca en mi oído.—Hoy te has levantado juguetón —ronroneo. Ahora más consciente de la situación, soy yo la que cuelo las manos bajo el edredón, cogiendo la mano que me está dando placer a tan tempranas horas, con los dedos hundidos en mi coño y moviéndolos dentro y fuera con lentitud—. Yo también quiero jugar...Se ríe entre dientes cuando saco su mano de mi entrepierna y me doy la vuelta con dificultad, encontrándome de lleno con unos esplendidos ojos avell
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