Jack...No negaré que me sorprendió que aceptara mi ayuda, me sentía nervioso cuando nuestros ojos se cruzaban, pero debía disimularlo. No podía negar que deseaba que ella fuera la mujer de anoche, quizás por eso la estaba ayudando, por qué mi deseo de que Mariel Lamberts fuera la musa de mi corazón se hiciera realidad.Después de dos horas debatiendo y reorganizando los calendarios de juegos, la reunión había terminado, podía observar como Félix miraba con rencor a Mariel, podría ser algún examante de ella. Sonreí de vez en cuando al notar que sus planes no habían salido como querían o que nadie apoyaba a Mariel, era inaudito que la discriminaran por eso.En cierta forma la entendía, se lo que es que he menosprecien por sé quién eres. Por cómo te vez, por lo que te convertiste. O quizás por lo que la vida quiso que fueras. No sabía mucho de ella, pero ya me daría el tiempo de investigar a profundidad.— Señor Black
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