—¿Alguna vez has hecho el balance? —preguntó Louis, que trabajaba con Maryere sobre las cosas contables de la empresa. Ella negó con la cabeza.—Solo las reviso —dijo—. Tú sabes cuan delicado es todo esto, me encargo de checar que no haya errores y, sorprendentemente, nunca los hay. Eso es bueno —terminó sonriendo para el que continuaba revisando meses de contabilidad.—Eso es extraño —susurró él obteniendo la total atención de la morena, que le miró extrañada—. Que no haya errores, es extraño —repitió. —Somos varios contadores —explicó ella—, antes de mí todo fue revisado dos veces por al menos dos personas.—A mí sigue sin cuadrarme mucho —renegó el pelirrojo, pero la mujer no le dio importancia, después de todo, ella confiaba en su t
Leer más