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Todos los capítulos de Mi Destino: Capítulo 51 - Capítulo 55
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Capítulo cuarenta y nueve: La boda, un baile para recordar
Llegamos a la fiesta, luego de una ceremonia llena de suspiros y cosas cursis, los novios se miraban como si jamás volverían a hacerlo, desde que la señorita Liss entró por el pasillo de la iglesia todos la miraban, pero ella sólo podía ver a su novio, quien estaba tan nervioso como ella o más, sacaba su pañuelo cada cinco segundos para secar el sudor de su cara, Rafael me susurraba preguntando para que le explicara cada situación que pasaba. ¿Emilia por qué está ahí sin moverse? ¿Emilia por qué crees que esté tan nervioso? ¿Crees que yo lo estaría? ¿Qué crees que estén sintiendo en estos momentos? Tenía una pregunta para casa cosa, yo trataba de ser paciente y responder sin enojarme. -Rafael ¿Nunca habías ido a una boda de pequeño? -pregunté entrando al verde patio de la casa d
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Capitulo cincuenta
Mi cabeza estaba sobre su hombro, mientras veíamos al resto bailar. Mi corazón se sentía frágil.-¿Te quieres ir? -pregunté al notar su silencio.-Jamás te dejaré sola, quiero que lo recuerdes, pero si estas aburrida justo ahora, no dudaré en sacarte de aquí.-La verdad si-confesé, me incorporé.-Entonces vámonos-inquirió. Nos pusimos en pie.-Iré a buscar a mamá -dije. Él asintió.-Yo quiero ir a esa fuente de chocolate antes, -miró en dirección a la mesa donde se encontraba. Me reí-No tienes remedio.-Dijiste que así me querrías-tiró de mi mano que sostenía acercándome a él.-Y no he retirado mi palabra.-Entonces te veré después, a menos que tengas que venir por mí -bromeó.-Espero que
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Capitulo cincuenta y uno:Froyo-yolo otra vez
Entrar de nuevo para ver cada detalle que él había tenido con ella, fue como hacer pinchar mi corazón, pero no para que se liberasen las emociones, sino para desinflarse y caer en pedazos esparcidos en el piso, uno por cada vez que lo vi, que le dije lo que sentía, que le Sonreí, que le creí lo que me decía. Fui a llenar los vasos de helado que me comería al llegar a casa, pedí un galón y posteriormente me dispuse a pagar. Mi rostro estaba decaído y el chico de la caja lo notó, no quise prestarle atención a su mirada expectante pero el habló.-¿Por qué estás triste? ¿No te gustó la sorpresa?Levanté la mirada-¿Qué?Él frunció el entrecejo-¿Aun no lo sabes? -¿Crees que ver al chico que me gusta darle tal detalle a su mejor amiga me gustaría? -hab&iacut
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Capitulo cincuenta y dos: Flashback
El pequeño Rafael corría como loco por la casa con su nuevo auto de juguete, llevaba su camisa del Capitán América que tanto le gustaba. Su hermano mayor que tenía ya diecisiete años, se acercó a él y le desordenó el cabello, para luego ponerse a su altura, le sonrió.-¿Qué haces campeón? -preguntó, Owen quería mucho a su hermano menor.Él pequeño niño apartó el cabello que cubría su frente para verlo con sus ojos redondos y vivaces.-Juego a que voy que una gran carrera, este es mi automóvil -le mostró -es muy veloz.Siguió haciendo el sonido del motor con su boca mientras corría con el auto sobre el piso. Su hermano solo lo veía, lo había cuidado desde que había nacido, a él y a su hermana, de las peleas que sus padres solían tener con frecuencia, por cosas sencillas, no encontraban por que discutir. Ese día como otros, su padre llegó del trabajo, eran alrededor de las cuatro de la tarde, no había tenido clases. Se volvió para ver al señor Valentine, el peq
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Epílogo
-Di hola Súper Mia-un Roachter de veinticinco años me habló. Levanté la mirada de mi agenda, sonreí-Hola. -¿Cómo te sientes? -sonrió abiertamente. -Relativamente...estoy temblando-sacudí mis manos. -No te ves nerviosa. -Pero lo estoy. -Estaba en casa del chico que sería mi esposo en unas horas, justo cuando amaneciera, por la mañana. Me habían llevado a una habitación de invitados, en donde todos podían entrar menos él, costumbres de nuestras familias, decían que si nos veíamos podría pasar algo muy malo en la boda, yo no creía eso. Mamá me había dicho que esto me ayudaría a relajarme, pero solo habían conseguido que mis ansias incrementaran. Me sentía con aquellas cosquillas en el pecho, que me incitaban a que fuera "casualmente" a encontrarme con él en la sala, o en cualquier otro lugar. Estaba en casa de él porque así lo habían querido los señores Valentine, la boda se realizaría en el enorme pati
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