A este punto su trabajo había evolucionado de ser una esclava, una doncella deprimida de la que se podía alimentar para seguir adelante, a una simple persona que la escuchaba quejarse, para después convertirse en una secretaria. — ¿Crees que solo consigo rosas para sexo? —le preguntó Victoria una vez, mientras le asignaba su primera tarea.La relación entre ambas estaba bien definida, una hablaba y ordenaba, mientras que la otra fiel y mansa escuchaba y acataba las ordenes, solo que en secreto esta última planeaba el escape, sin embargo, cabe mencionar que aquella idea iba poco a poco ahogándose en su alma. Se quedaba viendo en todo momento el estruendoso bosque, imaginándose una y otra vez que Jack salía y le proponía la huida, arriesgándose a tener por lo menos un solo amanecer abrazados uno del otro, solo que era justo en ese momento cuando despertaba de la fantasía y se
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