Todos los capítulos de La Élite - El Libro del Oso - Libro 1: Capítulo 21 - Capítulo 23
23 chapters
Capítulo 21
—Has —le llamo Sebastián— tengo curiosidad.Este dejo de jugar con el equipo de sonido que había comprado, para observar a Sebastián que cargaba en sus brazos varias botellas con agua, para llevar a la playa, donde estaban los demás jugando voleibol.—¿Sobre qué?—¿Cómo supiste que son sextillizas?Hansel pego una carcajada aguda, que le hizo sostenerse de Sebastián, quien le miro confundido.—Son las hermanas más sexys que he visto, tenían diferencias notables, como sus cabellos, alguna que otra peca en el rostro, la altura, el liderazgo. En esos minutos una hablaba y luego las otras, pero en un instante fugaz todas lo hicieron al tiempo: fue muy breve.—Yo no lo habría descubierto —pensativo.—Eres demasiado inteligente, estoy seguro que a los dos segundos lo habrías hecho.
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Capítulo 22
El club no estaba lleno el día de hoy a pesar de ser un viernes.   París era un hervidero de movimiento por las fiestas patrias, y el caos vehicular era abrumador este catorce de julio, el club era un centro prolífico del BDSM en determinadas temporadas, pero el patriotismo francés era una cosa que llenaba de un espíritu atronador a todo francés, incluido Maurice que literalmente había sido expulsado de las oficinas principales de Interpol y ni que decir de la oficina del grupo élite. Sebastián estaba hasta el cuello de banderas, pancartas, pendones y cuanta cosa absurda encontraba Maurice en las calles, al punto que la puerta no podía ser abierta. La Marsellesa, la habrían escuchado unas cuatrocientas veces durante esa semana, Nikoleta había conseguido unos audífonos de Dj, para aislarse del patriotismo efervescente de Maurice que la tenía con un dolo
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Capítulo 23
La lágrima solitaria, roso el pómulo de María, era horrible, Peter había caído al frente de ella, y estaba a merced de quien fuera, sola, amarrada, amordazada, desamparada. Ella no poseía en este momento algún elemento contundente con el cual defenderse. En algunas sesiones Peter le había entregado tijeras o navajas, para que ella aprendiera a desatarse como parte de la sesión, pero esta no era una de esas ocasiones.El frio calo por todo su cuerpo expuesto ante las personas que ella no podía ver, deseosa de poder librarse de la situación, pero era imposible, los pasos resonaron por la habitación insonorizada, sus gritos de ayuda no serían escuchados, prefiriendo cerrar los ojos y esperar lo que vendría fuera lo que sea, era negativo.Una fuerte mano le abofeteo con rudeza el rostro, provocando que abriera sus ojos, encontrándose a un hombre que jam
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