—Alessandro no te duermas —exigí, dándole pequeños golpes en su rostro.A lo lejos escuchaba la sirena, lo que me hizo tranquilizar y sacar el móvil para marcarle a mi madre.Uno, dos, tres, cuatro…—¿Qué pasa?, ¿estas bien?, ¿hay un problema? —me abordó con preguntas inmediatamente.—Mamá estoy bien, todo va bien, pero han acribillado a Alessandro, la seguridad del edificio llamó a la ambulancia y creo que ya llegaron, quiero que sea atendido por ti, me sentiré más confiada —hablaba rápidamente mientras me aseguraba que el nombrado no cerrara los ojos.—Dejaré pasar el hecho de que no estés en casa y estuvieras en medio de un tiroteo, solo por unas horas —amenazó, empecé a escuchar como daba órdenes y pedía algún tipo de información que desco
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