–En ese caso señor Hammil, creo que usted no me está ofreciendo libertad. Me está ofreciendo una jaula de oro y una jaula de oro por muy bien pintada que esté sigue siendo una jaula. No soy buena siendo mujer de nadie, ni "compañera". –Término que él mismo había descrito.––¿Estás segura de tu respuesta? –Cuestionó deteniéndose en medio de la acera. Emily lo imitó.– Si accedes a ser mi prometida y en un futuro no muy lejano mi esposa, podré darte lo que mereces. Algo a lo que ese Drew Lee jamás podrá si quiera aspirar. –No se trata de Drew, se trata de mi. No soy una pieza u objeto que pueda tener con tan solo comprarlo. Además señor Hammil, le recuerdo que a mi no me falta nada, mi padre n
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