–¡Es que esto no está bien! –Chilló Sofia caminando a lo largo de la alfombra junto al escritorio.–
No le importaba que Lían y Drew la observaran con aquella pijama tan ridícula de Bugs Bunny, tampoco estar descalza. Se había presentado en el estudio de los Dunhee cuando se aseguró de que Liam se hubiese ido a dormir. Justo antes de que se despidieran y se fueran a sus respectivos destinos.
–Sé que no conozco a Emily mucho tiempo, pero hablé bastante con ella y me dijo una vez que Henry Hammil le caía mal desde que lo conoció en la fiesta de su padre. Ella no me mentía…
–Es claro que mentía. –Aseguró Lían como si no se cansara de repetirlo una y otra vez para conven
Henry Hammil ingresó a la habitación poco después de la media noche. Emily se sentó de golpe en la cama al sentir su presencia en el mismo espacio. Se acercó peligrosamente pero no hizo más que sentarse al borde.–Me dijeron que te encontraron hablando por celular. Olvidé mencionarte que toda comunicación con tu padre o su entorno está prohibida. Al menos hasta que aprendas a comportarte y dejes de lado esa idea de querer huir.Emily se sentó mejor poniendo los pies en el suelo. Lista para escapar en caso de que se le ocurriera acortar la distancia.–Las comunicaciones de esta casa no son secretas. Las llamadas quedan grabadas en una base de datos junto a todas las imágenes de seguridad captadas por las c&aacut
–Niña, despierta de una buena vez.Elianne hizo a un lado las sábanas y la removió con fuerza. Emily tuvo que tomar varios minutos para recordar todo lo sucedido en las últimas horas. Ahora ya no se encontraba con su padre, estaba despertando en la casa recién comprada de Henry Hammil.–Largo de aquí, todavía no voy a levantarme. –Se acurrucó junto a unas de las suaves almohadas fingiendo pereza. ––Henry estuvo esperando durante dos horas a que bajaras a desayunar con él. ¡Ha sido muy descortés de tu parte hacerle un desplante como ese!–¿Qué demonios te sucede Elianne? –Se sentó sobre la cama con furia contenida. Su madr
–¡Pero qué demonios! ¡Mi auto! –Gritó Marceline al borde de la histeria. –El conductor del auto corrió desesperado hacia el vehículo. Tenía toda la parte delantera destrozada.–¡Señorita Dunhee! ¡Señorita Dunhee hábleme por favor!Drew oyó aquel nombre y soltó de inmediato a su ex novia para aproximarse al agitado hombre que trataba de abrir la puerta atrancada gracias a las abolladuras del metal.–¡Señorita Dunhee diga algo por favor! –Al menos quería confirmar que estaba despierta mientras trataba de destapar lo que quedaba del vehículo.––No me
–La señorita Dunhee se encuentra en recuperación. Tuvo un fuerte golpe en la cabeza pero las pruebas descartan hematomas cerebrales. Sigue inconsciente aunque es probable que despierte en algunos momentos. Tuvo una lesión en la muñeca que tampoco es grave, nos gustaría tenerla en observación esta noche y mañana.–¿Podemos pasar a verla? –Preguntó Elianne fingiendo alivió. Todos ahí menos el doctor sabían que nada más pretendía ser preocupada.––Pueden hacerlo cuando despierte. Mientras tanto será mejor dejarla descansar.El doctor desapareció tras los pasillos y Henry Hammil tomó por fin la batuta.&n
Lían se bañó en un tiempo récord y colocó ropa deportiva. Era lo más fácil y rápido de vestir, una simple camiseta y pantalón sin cierre.Bajó tras unos cortos minutos y encontró a Armando Aferra sentado en uno de los sofás mientras revisaba su teléfono, quien guardó el aparato en su bolsillo al notar que ya no estaba solo.–Buenos días Señor Aferra. Soy Lían, el hijo de Liam Dunhee. –El hombre bien vestido y serio lo miró con recelo.––He oído hablar de ti, eres el hijo mayor de Liam. Mucho gusto, soy el padre de Sofía. Esperaba encontrarlo pero me acaban de decir que salió.–As&iacut
Henry se las arregló para sacar a Emily de la clínica esa misma tarde. Fue por sí mismo a recogerla y la ayudó a regresar a la misma habitación en la que pasó la primera noche tras llegar a esa casa. Luego de acomodarla en la enorme cama y ser muy paciente y delicado, se apartó de su cercanía sabiendo que todavía le causaba incomodidad.–Vas a tener que dejarte de actos suicidas o no te dejaré salir de la casa ni siquiera para ir de compras.–Pues vas a tener que acostumbrarte a mis locuras. Mis pendejadas siempre se van a superar una tras otra. –Sonrió como si fuese feliz de decirlo.– ¿Me tendrás paciencia?–Puedo ser tan paciente como lo requieras, siempre y cuando me des una r
Drew se intentó comunicar con Emily durante los siguientes días pero no tuvo éxito. El no tener noticias de la morena empezaba a fatigarlo pese a saber que lo había engañado desde el principio.Se había mantenido en contacto algunas veces con Marceline para disculparse por el accidente y velar por la reposición del vehículo destrozado, después de todo había sido la agraviada y su auto había pagado el precio de la impulsividad de Emily.–Ya no tienes que preocuparte por el dinero para la reparación de mi auto. –Le dijo Marceline a través del celular.– El señor Henry Hammil me envió en la mañana un cheque con una suma increíble de dinero.La cantidad exorbitante de la que habla
Emily sintió un pequeño avance cuando por fin pudo ponerse de pie sin algún dolor en el tobillo. Henry estuvo a su lado, sirviendo de apoyo para que no se dejara caer.Las manos en su cintura la ayudaban a mantenerse firme, sin embargo, algo dentro de sí se sentía muy extraño. Henry Hammil era un hombre muy atractivo e imponente y quizá con el tiempo podría desarrollar un gusto por su apariencia pero no congeniarían tan bien como esperaba.–¿Puedes caminar sin dolor? Si continuas con esa cojera traeré al médico a casa mañana mismo.–No hace falta, ya no me duele tanto como al salir del hospital. Es cosa de nada.–¿Tanto te fastidi&oa