Henry se las arregló para sacar a Emily de la clínica esa misma tarde. Fue por sí mismo a recogerla y la ayudó a regresar a la misma habitación en la que pasó la primera noche tras llegar a esa casa. Luego de acomodarla en la enorme cama y ser muy paciente y delicado, se apartó de su cercanía sabiendo que todavía le causaba incomodidad.
–Vas a tener que dejarte de actos suicidas o no te dejaré salir de la casa ni siquiera para ir de compras.
–Pues vas a tener que acostumbrarte a mis locuras. Mis pendejadas siempre se van a superar una tras otra. –Sonrió como si fuese feliz de decirlo.– ¿Me tendrás paciencia?
–Puedo ser tan paciente como lo requieras, siempre y cuando me des una r
Drew se intentó comunicar con Emily durante los siguientes días pero no tuvo éxito. El no tener noticias de la morena empezaba a fatigarlo pese a saber que lo había engañado desde el principio.Se había mantenido en contacto algunas veces con Marceline para disculparse por el accidente y velar por la reposición del vehículo destrozado, después de todo había sido la agraviada y su auto había pagado el precio de la impulsividad de Emily.–Ya no tienes que preocuparte por el dinero para la reparación de mi auto. –Le dijo Marceline a través del celular.– El señor Henry Hammil me envió en la mañana un cheque con una suma increíble de dinero.La cantidad exorbitante de la que habla
Emily sintió un pequeño avance cuando por fin pudo ponerse de pie sin algún dolor en el tobillo. Henry estuvo a su lado, sirviendo de apoyo para que no se dejara caer.Las manos en su cintura la ayudaban a mantenerse firme, sin embargo, algo dentro de sí se sentía muy extraño. Henry Hammil era un hombre muy atractivo e imponente y quizá con el tiempo podría desarrollar un gusto por su apariencia pero no congeniarían tan bien como esperaba.–¿Puedes caminar sin dolor? Si continuas con esa cojera traeré al médico a casa mañana mismo.–No hace falta, ya no me duele tanto como al salir del hospital. Es cosa de nada.–¿Tanto te fastidi&oa
–Buenos días. –Saludó Lían Dunhee cuando llegó hasta el escritorio de la secretaria del director.– Soy Lían Dunhee, quiero hablar con el director.La secretaría que inicialmente navegaba en internet ajena a todo el entorno palideció al saber el nombre del nuevo visitante. Lían pudo notar como su cambio de actitud fue evidente, levantando sospechas en él desde el principio.–Buenos días señor Dunhee. –Logró contestar el saludo cuando se repuso del impacto.– En estos momentos el director no se encuentra disponible, además, las reuniones con él son con previa cita.–¿Ah sí? Cuando mi padre venía a darle dinero para la estancia de mi herm
Drew intentó comunicarse con Sofía repetidas veces durante los siguientes días pero no tuvo éxito.Tampoco tenía dónde buscar a Emily o como llamarla, la línea telefónica indicaba que estaba fuera de servicio cada vez que marcaba su número. Por lo menos deseaba escuchar su voz para confirmar que estaba bien tras el accidente que no hubiese ocurrido sin la presencia de Marceline.Cerca del mediodía recibió una llamada de Lían. Casi nunca hablaban pero sabiendo a dónde se había dirigido no dudo en contestarle.–¿Lían? ¿Qué sucede?–Necesito que vayas a la oficina de papá y me esperen allí. Pídele a
Ese mismo día cerca de la media noche Lían salió de su estudio privado para irse a dormir. La pequeña imagen de Sofía junto a la chimenea con las luces apagadas impidió que pudiera llevar la tarea a cabo, era bastante tarde considerando lo temprano que se despertaba a diario. Se acercó tratando de no sobresaltarla, su atención a la fogata parecía tan centrada que decidió ser sutil.–¿No es algo tarde? Ya deberías estar en la cama.Sofía no se asustó, despejó la vista de la candela y vislumbró como al que otros acostumbraban llamar el callado y serio Lían Dunhee sin sentimientos, sentarse a su lado.–Yo solo estaba pensando en lo mal que debe sentirse Drew en estos momentos. Q
Los arreglos y decoración eran de ensueño. Con piezas y adornos ostentosos por cada mesa y varias lianas de luces que cruzaban como enredadera por todo el techo.Gente que ni siquiera conocía ingresaba por la puerta manteniendo el elegante código de vestimenta. Lo único que le agradaba de aquel evento era que por fin había podido salir de la enorme casa en la que estaba encerrada y dirigirse a la terraza de uno de los hoteles más lujosos y preferidos de Henry.Observó por la ranura de la puerta como su padre, Lían y Sofía ingresaban al salón. Sofía lucía tan elegante con aquel vestido azul noche que sintió deseos de ir a aplaudirle por la excelente elección. A quien no divisó por ningún lado fue a Drew y su fuero interno le dec&iacu
{Por complejo de Quijote fui llevando este derroche de mal a peor}Cerca de las dos de la mañana varias parejas se habían parado a bailar alegres al ritmo de la música un poco más movida. Ya había posado para varias fotos y bailado algunas canciones lentas con Henry. Se había prestado para el show complaciendolo muy bien.Al notar que el ambiente se había tornado un poco menos serio y que su ahora formal prometido charlaba animadamente con otros comensales, al parecer también irlandeses, se disculpó para ir al baño.Se aseguró de que nadie la siguiera y corrió hasta uno de los balcones alejados del salón, la música apenas se escuchaba y ni siquiera los meseros pasaban por ahí. Notó que estaban en
–¿Pero qué demonios están haciendo?Era evidente pero estaba tan sorprendido que no pudo evitar preguntarlo. Drew maldijo antes de apartarse de Emily y colocarse a su lado después de ayudarla a bajar de la mesa. Todavía tenía restos de labial en la boca y el cuello, era un desastre que no se podía ocultar ni siquiera con la mejor de las mentiras de su acompañante.–Pero que rayos…–Señor Dunhee, lo siento. No quería que se enterara de esta forma.–Emily. –Henry arrastró las palabras al mencionar su nombre con furia. – Ven aquí.La morena nunca obedeció, optó por un gest