70. El día más triste de mi vida II
FELIPEEsa noche, como normalmente hacen las personas creyentes, se hizo una cadena de oración en nombre de Angélica, pero Emilia optó por hacer algo mucho más significativo, que realmente me dejó sin palabras.Encendimos una vela y nos tomamos de las manos.—Mamá, te perdono por todo el daño, quizás sin querer, me has hecho a lo largo de mi vida… Te perdono por toda la sobreprotección que me diste, con la que me cortaste las alas, sin dejarme aprender a volar jamás… Te perdono por haber sido tan rígida, cuando yo sólo necesitaba un abrazo… Te perdono por todas las veces que me dijiste que estaba gorda, sin ayudarme a superarlo o a amarme tal como soy… Te perdono, porque sé que, en el fondo, todo lo hiciste porque querías que me convirtiera en la mujer fuerte, como lo soy hoy… Te perdono por cada vez que me regalaste algo material, en vez de decirme cuánto me amabas... —Toma un respiro, se seca las lágrimas y continúa—. Te perdono por todas las veces que hablaste mal de Felipe, sin sab
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