Nicolás y Amelia, bajaron juntos al comedor, debieron demorar, porque eran los únicos que no habían desayunado.- Creo que dormimos un poco más de la cuenta – Amelia, rió bajo- Me temo que sí – Nicolás, le dio un beso en la frente, fue a la cocina por el desayuno para los dos, volvió, con fruta, huevos, tocino, pan tostado, juego de naranja y un café- Gracias Amelia, por estos tres meses de matrimonio, siendo sincero me has sorprendido y también has hecho que me enamore de ti – dijo con sinceridad- ¡Me haces feliz! – casi gritó, porque no quería llorar, que él admitiera estar enamorado cada vez más, le hacía sentir inmensamente feliz, había creído que su matrimonio sería un sin, sentido, donde el odio reinara, pero se había equivocado. - Gracias a ti, por estar a mi lado, p
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