Llegó el día de la boda, en la mansión Pétrov el caos reinaba por todas partes, pues las mujeres estaban encargadas de preparar a Jessa y los hombres a Alexander, pero Dominik iba y venía de un lado a otro hasta que su novio Mijaíl le reclamo. —Basta Dominik por favor, estás poniendo nerviosos a todos y ya no quiero que vayas a observar a Jessa déjala tranquila, tú debes estar aquí conmigo, somos los padrinos caramba Alexander ignoraba esa conversación, puesto que ni siquiera pudo bañarse solo, su padre se metió a la ducha a la par de su hijo para según Él dejarlo bien limpio, los demás que estaban afuera se reían al escuchar las quejas del novio. —Ay, papá no, no me toques allí, hey, pero… jajajaja esperaaaa, ¿es necesario esto? No creo que ella vaya a estar mirando por ese lado La voz de Enrico también se escuchaba diciendo —Pues lo siento Alexander, pero debo lavarte bien, mi nuera se va a casar con un hombre íntegro y limpio, así que… Date vuelta, hijo Las risas en la parte d
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