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Todos los capítulos de La llamada : Capítulo 41 - Capítulo 50
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Conversaciones en la cama
No sabré decir si fue el destino el que nos juntó a Javier y a mi, sigo averiguándolo, pero debo admitir que la conexión y la química que tenemos entre los dos es única y se puede palpar no sólo a la hora del sexo, si no también cuando nuestras miradas se cruzan. Es algo inexplicable que me mantiene atenta esperando a lo siguiente que pueda suceder. Mientras estamos acostados sobre la cama, cansados y desnudos, pensando en todo lo que ha pasado hasta ahora, no puedo dejar de observarlo. Cuando era Candela pasaba mucho rato viendo su mirada, su sonrisa, la forma en que me tocaba y disfrutando sus besos; ahora toda mi atención se concentra en su físico. Lo admito, Javier es increíblemente guapo, nada que ver con el chiquillo delgado y tímido que se paseaba por las playas. Ahora, todo eso desapareci&oac
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Pensando en él
(Una semana después) ¿Es posible que extrañe a Javier? Desde la última vez que lo vi, hace una semana, no nos hemos vuelto a ver y debo confesar que por un motivo me molesta un poco. Sé que pusimos las reglas del "juego" y que todo iría poco a poco, pero tampoco es para que no sepa de él en una semana. Mientras escucho a mi paciente que está sentado en frente de mí en el sillón, no puedo dejar de pensar si Javier me llamará esta noche o no. — ¿Entendió?— Escucho que me preguntan. —¿Y cómo te sientes al respecto? — Respondo la pregunta que salva a todos los terapeutas cuando dejaron de poner atención. —¡Ah! Esa es una buena pregunta ..— Contin&u
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La propuesta
Puede que sea muy buena en esto de la terapia y el sexo, pero cuando se trata del amor, soy bastante idiota, o al menos eso es lo que yo pienso. Todos tenemos algo que esconder, o un equipaje que cargar, el mío dice "relación pasada", algo que no he logrado superar y que me hizo cambiar mi punto de vista sobre el amor muy rápido y que he seguido dogmáticamente desde ese entonces. Debo confesar, que me encantaba ser alguien como Candela, el disfrutar la situación sin ataduras y sin tener que dar explicaciones a nadie, pero, de pronto apareció Javier y todo eso que yo pensaba enterrado en mi pecho, desapareció. No puedo creer que ese niño de mi infancia que yo había perdido hace muchos años, ahora me esté abriendo de nuevo la puerta de su piso y me sonría de oreja a oreja mientras entro. Leer más
Arriesgándome
Ayer fui totalmente una idiota. Salí corriendo como un perro herido dejando a Javier completamente confundido y con razón. Él no entiende nada de lo que está pasando y yo tampoco me he dado la oportunidad de explicárselo, pero a veces siento que es tan complicado que no sé cómo expresarlo. Aún así, el momento de decirlo está llegando porque no puedo mantener esto en misterio y tratar de comenzar algo con él.Mi paciente habla, trato de prestar atención pero de nuevo mi mente está con Javier, en la expresión de su rostro, en la mirada de confusión, en su propuesta, esa que de nuevo trajo a la Vera de hace tiempo atrás ante sus ojos e hizo que su seguridad se fuera por los suelos. -Qué idiota.- Mu
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La última noche con Candela (1)
Una hora, un lugar, una sola indicación, eso fue lo que se acordó después de la cita que tuvimos en mi consultorio así que ahora me encuentro sola, en este cuarto de hotel que será nuestro territorio neutro para este encuentro que sé, alterará todos nuestros sentidos. Salgo de la ducha,  me envuelvo en la toalla. Camino hacia la habitación y luego camino hacia la cama para tomar un conjunto de lencería que he comprado exactamente para esta ocasión, me quito la toalla y me lo pongo. Me veo frente al espejo y sonrío, se ve hermoso sobre mi piel, tomo el albornoz que corona todo el conjunto y lo amarro lentamente sobre mi cintura, siento la tela suave sobre mi piel que sólo con recorrerla me hace sentir sensual.Leer más
La última noche con Candela (2)
Mi cuerpo cae cuidadosamente sobre ella y él inmediatamente se posa sobre mi, mientras que con sus brazos me mueve un poco más al centro para que ambos quedemos totalmente arriba de ella — no tienes idea como te deseo.— Me dice agitado para después hundirse de nuevo en mi cuello — Te necesito tanto.Mis manos comienza a recorrer poco a poco la línea de su espalda mientras sus besos me vuelven loca. Nuestras pieles han pasado de ser tibias a quemarse en una hoguera que hemos creado a base de besos y caricias que lo queman todo. Parezco un tímido papel en medio del fuego y su perfecta manera de tocarme me deshace completamente.—¿Tú también me deseas?— Me pregunta Javier al oído.—Sí, sí te deseo, lo hago como nunca hab&ia
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Déjame conquistarte
—Vera ¿te puedo preguntar algo? —Dime.— Contesto bajito. —¿De dónde sacaste los datos que según tú son inútiles? — Me pregunta Javier al oído mientras yacemos desnudos y recostados sobre la cama viéndonos de frente. —Del consultorio de mi madre, ella es dentista ¿recuerdas? Antes de que se dedicara al restaurante tenía un consultorio en el centro de la ciudad. Yo, salía de la escuela directo para allá porque después de ahí nos íbamos a casa a cenar. Cuando terminaba de hacer mi tarea, tomaba las revistas, éstas de lectura leve para esperar en un consultorio y había una sección que se llamaba "Datos inÚtilesLeer más
El proceso de enamorarnos
Los pacientes que atiendo siempre me dan una cátedra increíble sobre el amor. Como sexologa las personas pensarán que simplemente hablo de eso o trato eso en mis sesiones, pero no es así. La mayoría menciona la palabra amor tantas veces como le es posible, quieren resolver su problema para sentirse plenos con la persona que aman y eso se traduce a amor. Hay unos que llegan con el pensamiento de encontrar a la persona ideal, lo describen físicamente como si fuera un ideal sacado de las películas o de las series que ven. Después viene la parte de la personalidad y ahí es donde se hace la diferencia de lo que es una “pareja ideal”. Que sea bueno con su madre, que no lo sea tanto, que sea caballeroso, me abra la puerta, que me deje ser libre, que sepa que no dependo de nadie y cuando llega la parte sexual, ahí es donde uno saca s
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Conociéndonos
Javier y yo vamos directo al enorme ventanal para poder ver la ciudad. Él me abraza por detrás y me da un beso sobre el cabello que me hace sonrojar. No cabe duda que este hombre es uno de los más atentos y románticos que he conocido en mi vida. —Cuando salí hoy de la última junta, jamás pensé que terminaría mi día aquí.— Confiesa.— En la cima del mundo. —Es bonito ¿cierto? Me encantaba quedarme aquí por horas observando el sol ponerse y dar paso a la noche. Para mí, es ese tipo de sensación de cierre que le das al día, como si te despidieras de todo lo que viviste durante esas horas de sol y al meterse éste supieras que todo está por reiniciarse. Sale el sol, se mete el sol, cada día e
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Sorpresas
 Entonces así comenzó “esto” con Javier, y lo digo así porque no sé que tipo de etiqueta ponerle aún. No puedo creer que ese pequeño crush de la infancia haya regresado a mi vida sin que yo lo esperara, y lo haya hecho pisando fuerte. Debo confesar que yo soy muy mala para el romance, nunca he sido una persona que se pudiese llamar romántica, ya que siempre he sido directa y me gusta ir al punto. Sin embargo, ahora con Javier estoy en esta etapa de aprender, descubrir, redescubrirme, autoreflexionar y sobre todo dejarme llevar, moviendo en mi sentimientos y sensaciones que jamás pensé viviría y sentiría. Se supone que para el noviazgo perfecto con resultados positivos se deben seguir siete etapas dentro de una relaci&oac
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