Debía acostumbrarse a dormir en el campo pero eran tantos ruidos que a media noche rechazó la idea de la cama y se fue a trabajar en su portátil. Los dedos volaban sobre el teclado, sus personajes cobraban vida, página tras página su nueva novela comenzaba a tomar forma.Antes de darse cuenta, eran ya las cuatro de la mañana. Preparó unas cuantas galletas, luego se sirvió otra
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