—Es una broma, ¿cierto? —cuestiona Alexeyn serio—. No puedes estar embarazada.Mis padres lo observan asombrados, al igual que Austin. Lía lo mira nerviosa. Él no luce nada contento.—No lo es, cariño. —Sonríe y alza su sudadera holgada—. Desde hace un tiempo nuestro pequeño viene creciendo dentro de mí. —Toma su mano y la coloca sobre su pequeño vientre ajustado.Alexeyn no emite ninguna palabra mientras contempla el vientre asombrado. Las pocas veces que vi a Lía vestía sudaderas holgadas. Era algo raro en ella, pero ya sabía qué escondía. Lo que nunca voy a entender es por qué lo ocultó tanto tiempo y no se los dijo desde un principio a Alexeyn y a mis padres. Alexeyn retira su mano, se disculpa y sale de la casa con el pretexto de que necesita aire. Mis padres abrazan y felicitan a Lía. Aunque quiera lucir feliz, no se ve nada contenta. Austin la felicita, al igual que yo. Me limito a darle la mano, pues su comportamiento últimament
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