En ocasiones, la vida puede ser muy difícil de comprender o saber qué nos deparará el destino. Cuando lo conocí aquella tarde y vi cómo me miraba, supe que él iba a marcar mi vida, pero nunca supe si para bien o para mal.
—Me estás mintiendo, ¿verdad? —susurré con un hilo de voz a punto de llorar—. Dime que es mentira, Alexeyn. Por favor, dime que mientes.
—Lo siento, de verdad. Emma, no quería herirte. Cuando te conocí, no pensé jamás llegar a tanto contigo. —Trata de acercarse, pero retrocedo—.
Sin embargo, tu forma de ser me enamoró mucho.
—¿Por qué no me dijiste que tenías pareja?
—En ese momento estábamos en un bajón en la relación y ahora ya todo se arregló. No puedo seguir mintiéndole ni mucho menos a ti, Emm.
—No te quiero volver a ver en mi vida, Alexeyn. Es mejor que te marches y no vuelvas a buscarme más.
—Emm, de verdad lo lamento mucho. No quise lastimarte. —Se acerca.
Cuando intenta tomarme las manos, impacto mi mano sobre su mejilla.
—Pues lo hiciste. Ahora lárgate, no te quiero volver a ver.
Camino hacia la puerta con rapidez, la abro y me hago a un lado. Espero que se marche.
—Lamento todo esto. Te quiero, Emm.
Se va.
Tiro la puerta, desquitando todo el enojo y dolor que emano por dentro.
¿Cómo pudo jugar conmigo de tal manera? No le importó si quiera cuánto me dolería enterarme de todo esto.
9
Tres semanas después
Llevo días sintiéndome mal. He tenido mareos, náuseas, vómitos y una sensación rara en el estómago. Hoy me desmayé en la universidad, así que decidí ir al médico para saber qué es lo que tengo. Puede ser a causa de todas las noches que llevo sin dormir. Lloré por lo que me hizo Alexeyn. Ya debí enfermarme por no alimentarme bien.
Luego de unas preguntas y unos exámenes, el médico me hace regresar a su consultorio.
—Ya me han llegado los resultados de tus exámenes, Emma.
Los abre y los lee con atención. Su semblante es serio, y eso me hace sentirme un poco ansiosa.
—¿Qué sucede, doctor? ¿Es grave lo que tengo?
—Los síntomas son totalmente normales en tu estado, Emma.
—¿En mi estado? No entiendo a qué se refiere, doctor.
Me entrega los resultados de mis exámenes y me sonríe.
—Felicitaciones, estás embarazada.
«Estás embarazada».
«Estás embarazada».
Aquellas palabras retumban en mi mente.
Mis manos se aferran a aquel delicado papel y mi mirada recae en aquel positivo marcado de color naranja en los resultados.
—Esto no puede ser verdad. Debe haber un error, no puedo estar embarazada.
—Lo estás. Tienes aproximadamente cuatro semanas de embarazo, Emma.
¡¿Ahora qué voy a hacer?! ¿Cómo le explicaré a mis padres que estoy embarazada de un hombre que me mintió todo este tiempo y que ahora no quiere saber nada de mí?
Luego de una tediosa mañana en la universidad, decido ir al centro comercial a comprar algunas cuantas cosas que me hacen falta para terminar de arreglar mi departamento.«¡Vaya, mi departamento! Que bien suena eso».
...Porque todo lo bueno empieza con un poco de miedo.¿Alguna vez han sentido que el mundo se les viene encima y ya no saben cómo detenerlo?Así me siento ahora.Veo al médico hablarme, pero solo puedo escuchar un eco de lo que me dice.Parpadeo varias veces, obligándome a salir de aquel estado. La realidad me golpea.—Emma, ¿te encuentras bien?Se levanta de su silla y empieza a evaluarme con su tensiómetro y su telescopio.—No se preocupe, doctor. Es el shock del momento —susurro con dificultad.—Su presión arterial se elevó un poco. —Camina hacia su escritorio—. Te recetaré un medicamento para controlarla. No puedes tener emociones fuertes por el bien de tu salud y el de la criatura que llevas en tu vientre.—Seré precavida en todo lo que usted diga, doctor.<
Llegamos a casa de mis padres , Austin se estaciona en el garaje , bajamos del auto y caminamos hacía el patio trasero , dónde mi madre está arreglando la mesa del jardín.
Me levanto de mi cama luego de una noche larga. No pude pegar el ojo en toda la noche pensando en todo lo que ocurre. Ojalá todo hubiera sido un mal sueño, pero no, todo es tan verdadero que cada vez que recuerdo la cena en casa de mis padres el mundo se me viene abajo. El novio de mi hermana la engañó conmigo y de paso me engañó a mí.¿Por qué la vida es tan cruel?
Ya ha pasado una semana desde que Lía me dio la noticia de su embarazo.Desde aquel almuerzo tan incómodo, no he vuelto a ver a ninguno de los dos ni he ido a visitar a mis padres.Austin y yo les dijimos que estos últimos d
Tres meses después... El tiempo todo lo cura y todo lo muda. Estos meses han sido una locura; los síntomas del embarazo han disminuido y mi pancita crece y crece para mostrarse al mundo. Mis padres han estado muy pendiente de nosotros. De igual forma, también lo están con los preparativos de la boda de Lía. Estos meses no hemos hablado mucho. En ocasiones, en casa de mis padres. Austin y yo hemos asistido poco. Alexeyn estuvo muy insistente con sus llamadas y textos. Después de un tiempo, se dio por vencido y no lo volvió a hacer. Gracias a que Austin ha estado muy pegado a mí, no intentará acercarse. Es viernes, Austin y yo nos encontramos acostados en el sofá de la sala viendo la serie The Resident, la cual se ha vuelto nuestra favorita. —Conrad aparenta ser un chico duro, pero su lado bueno siempre sale a flote —comenta Austin—. Al principio no me caía nada bien. —Desde que vi el primer capítulo me gust
—Es una broma, ¿cierto? —cuestiona Alexeyn serio—. No puedes estar embarazada.Mis padres lo observan asombrados, al igual que Austin. Lía lo mira nerviosa. Él no luce nada contento.—No lo es, cariño. —Sonríe y alza su sudadera holgada—. Desde hace un tiempo nuestro pequeño viene creciendo dentro de mí. —Toma su mano y la coloca sobre su pequeño vientre ajustado.Alexeyn no emite ninguna palabra mientras contempla el vientre asombrado. Las pocas veces que vi a Lía vestía sudaderas holgadas. Era algo raro en ella, pero ya sabía qué escondía. Lo que nunca voy a entender es por qué lo ocultó tanto tiempo y no se los dijo desde un principio a Alexeyn y a mis padres. Alexeyn retira su mano, se disculpa y sale de la casa con el pretexto de que necesita aire. Mis padres abrazan y felicitan a Lía. Aunque quiera lucir feliz, no se ve nada contenta. Austin la felicita, al igual que yo. Me limito a darle la mano, pues su comportamiento últimament
Alexeyn me mira fijamente y se que su mirada dice mucho , no se marchara de aquí sin antes hablar conmigo y si no lo dejo sería capaz de hablar y volver está familia un caos.— No es nada cariño – me giro y abrazo a Austin por la cintura – sólo necesita hablar conmigo por lo que est&aa