Esperaba un exabrupto emocional, gritos, golpes… cualquier cosa menos aquella calma que se había apoderado de pronto de la muchacha.Helena se había hecho un ovillo, con la cabeza entre las manos y la frente pegada a las rodillas. Lloraba, eso era evidente, pero lo hacía en un silencio tan profundo, que Marco se detuvo a pensar en su propia forma de afrontar la muerte. Él era igual, llevaba el sufrimiento en silencio, él no sabía descargar su dolor, sólo acumularlo y convertirlo en algo espantoso… como una venganza.¿Helena también sería así? ¿También intentaría vengarse por la muerte de su padre?Valía decir que era una vil mentira. Antonio Lleorant estaba vivito y coleando. ¿Si no qué sentido hubiera tenido todo aquello? Su venganza era contra Antonio, Helena sólo era un triste medio para lograr un fin. Pero Marco necesita
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