Valentino se despertó, y funcionar a Macarena que aún dormía, tenía enredada sus piernas con las de él, impidiendo su movilidad, y su cabeza recostada de manera apacible en su pecho, su cabello caía como cascada en su torso, tenía su boca entreabierta, invitando a besarla. Sus labios esbozaron una leve sonrisa, había pasado la noche más espectacular de su vida, en la madrugada se habían vuelto a entregar sin reservas, mejor que la primera vez porque había sido más pausado, más consciente de cada beso, caricia, roce, su chica resultó ser muy apasionada, sensible aunque buscaba esconderse en una máscara de indiferencia, pero ya él se había dado cuenta de que lo hacía para no ser lastimada.
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