Sin Vuelta Atrás
Siete años juntos - tres de novios y cuatro de matrimonio - y Alejandro Morales terminó creyéndole más a su amante que a su propia esposa, arrastrándola él mismo ante la justicia.
Cuando le preguntaron "¿Se declara culpable?", Luciana Torres sintió que su mundo se derrumbaba. Pero ahí mismo, en pleno juicio, logró darle vuelta por completo a todo el caso, probando su inocencia y dejando que ese imbécil viera la verdadera cara de su amante. En el momento que la declararon inocente, le soltó:
—Alejandro, quiero de inmediato el divorcio.
—¡Luciana, te vas a arrepentir!
Estaba tan acostumbrado a que ella lo amara de forma incondicional que se creía intocable, convencido de que solo era un berrinche pasajero.
Un día se la encontró por casualidad.
—¿Vienes a pedirme que volvamos? —le preguntó con un aire arrogante.
—Deberías ya dejar de una buena vez esa manía de creerte el centro del universo. El consultorio del psiquiatra está a unas cuadras.
Antes, cada vez que se enojaba, siempre terminaba volviendo. Esta vez, por más que esperó, ella no regresó.
Solo cuando ella se convirtió en una abogada tan exitosa como él y se enfrentaron en la corte, se dio cuenta de que en ese momento ya no era la misma. Ya no le pertenecía, y eso lo aterrorizó.
—Luciana, todavía te amo, por favor, vuelve conmigo.
Ella, radiante de confianza y mucha determinación, le respondió:
—Me convertí en una mejor persona gracias a ti, pero no por ti.
—Permiso, señor Morales, no me estorbe el paso. Que yo voy a ser su futura cuñada.
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