Dos alfas enamorados
La familia Walsh, un linaje de cinco individuos, ocupaba una majestuosa mansión en las afueras de la ciudad. El patriarca, un hombre de mirada seria y distante, gobernaba el hogar junto a su esposa, una mujer de porte elegante y voz suave. Sus tres hijos completaban la familia: el primogénito, Victor, un joven dominante y agresivo; Armando, el segundo hijo, considerado un bastardo debido a su origen, compartía con su hermano la alfa personalidad.
La noche antes de la fiesta de graduación del hijo menor, estalló una discusión acalorada en el hogar de los Walsh. Victor, al ver a su padre involucrado en una pelea, se preparó para intervenir en el enfrentamiento, pero fue detenido por Janet. Sin embargo, después de este incidente, Victor besó sorpresivamente a Janet, dejándola incómoda y dejándole claro que ella lo rechazaba. Perturbada por la situación, Janet se alejó de Victor y se encontró con Armando, quien la amaba. Armando él le confesó sus sentimientos y expresó su malestar al verla con Victor, pero respetó su decisión y se despidió de ella con una promesa de apoyo incondicional.
La noche de la celebración en la mansión Walsh, Armando fue en busca de Janet para reafirmar su amor y expresar sus temores de que Victor la conquistara. En su camino, presenció cómo un desconocido con una máscara se aproximaba a Janet con intenciones amenazantes. Armando, consumido por una furia incontrolable, se abalanzó sobre el agresor y lo golpeó una y otra vez, hasta que Janet logró detenerlo y le suplicó que se detuviera. El agresor, herido y dolorido, huyó, y Janet impidió que Armando lo persiguiera, temiendo que alguien saliera lastimado.
Con la adrenalina, aun corriendo por sus venas, Armando llevó a Janet a su habitación, donde comenzaron a hablar de lo sucedido.
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