El pasado se quedó atrás
Esperé tres horas en la fiesta de cumpleaños de mi novio, y él, en vez de presentarse, se fue al hospital a acompañar a su primer amor.
Esa chica, Saray Tames, aprovechó la oportunidad para grabar deliberadamente un video en el que salía besándose con Kevin Vívez.
En el video, el hombre, con el profundo beso, se olvidó de que tenía las dos piernas con discapacidad, se levantó y empujó a Saray contra la puerta.
—Kevin, ¿por qué no le dijiste a Wendy que tus piernas ya estaban bien?
Este respondió:
—Si se entera, pedirá a gritos que me case con ella. ¿Quién se cree que es? ¡Solo es una criada gratis! ¡No está a la altura de ser mi esposa!
Los dos se besaron apasionadamente. Saray, que llevaba el vestido de novia que diseñé, le dirigió a la cámara una mirada provocativa.
Y el video terminó con el sonido de morreos.
Me había estado mintiendo todo el tiempo.
Tiré a la papelera la tarta que había preparado y le envié un mensaje a mi madre:
[Mamá, iré a la cita a ciegas que dijiste].