Luna Oscura: La Marca del Destino
Me casaría bajo la mirada de la diosa de la luna como testigo, pero mi compañero de diez años, Carlos, aún no lo sabía.
También hacía poco, Carlos contrató a una nueva asistente, Angie. Pero la relación entre ellos era muy rara, tanto, que todo el mundo en la manada estaba hablando de ellos. Además, a menudo hablaban sobre «trabajo» hasta las tres de la madrugada.
El día que iba a ser nuestro aniversario, de repente, pasó a ser la fiesta de cumpleaños de Angie.
Para celebrarlo, Carlos pidió una deliciosa torta de mango de varios pisos, este tipo de detalles a Angie le encantaban.
Se untaron hasta las narices con la crema de la torta, pero se les olvidó que yo era alérgica al mango, y para mí, el mango era un veneno mortal con deliciosa apariencia.
Después de entrar al hospital por urgencias, cuando por fin desperté, estaba en un cuarto desolado sin nadie que me acompañara. Mi compañero, Carlos, todavía estaba en la fiesta, bebiendo y comiendo entretenido con la tal Angie.
Mi lobo gruñó indignado, y todo el amor y los sueños que teníamos se esfumaron de un momento para otro.
Y por eso sin pensarlo mucho, acepté el matrimonio que mi familia había arreglado, y me casaría con un verdadero alfa.