Pequeño francés atrevido «Si es niña, será mi novia»Matthew dio un pequeño brinco al sentir la mano de Alana acariciar su mentón.—¿Qué es lo que te atormenta? —preguntó ella viéndolo a los ojos.Matthew tragó y negó.—No me hagas caso —dijo él, negándose a aceptar que estaba pensando en su hija, en el futuro y en Vicent, el pequeño francés atrevido que se había ofrecido a ser el novio de su princesa.Sin embargo, Alana tuvo una extraña e inquietante duda y se lo hizo saber.—¿Es porque deseabas un niño? —preguntó con voz ahogada, pensando que el sexo del bebé si era importante para él.Quizá Matthew deseaba un niño con quien compartir su pasión por el fútbol o cosas que solo podían hacer los chicos.—¿Qué?—Quizá estés decepcionado de que nuestra bebé sea…—Ni lo digas, Alana, ¡no te atrevas a decir lo que estás pensando porque estás totalmente equivocada! —exclamó Matthew elevando la voz, llamando la atención de los presentes.—¿Qué esperas que piense? —le cuestionó ella en tono b
¡Está llegando! «¡¡¡Nash!!!»Nash sintió que el alma se le salía del cuerpo y el grito que salió de su garganta fue desgarrador, tal como el dolor que le recorrió desde los dedos del pie hasta la rodilla. El dolor fue tan intenso que lo dejó en shock por un largo momento hasta que Cody y Matthew se acercaron a él y lo tomaron de la mano sin moverlo ni un solo centímetro.—Nash…El futbolista cerró los ojos, no tenía que ser médico para saber que su lesión era grave, quizá más de lo que podía llegar a imaginar, su mano se estiró y tomó su rodilla.—No te muevas, Nash —pidió Cody y por la tensión en su voz, supo que llevaba la razón.Matthew y Cody se alejaron de él, apenas el cuerpo médico del equipo entró a la cancha y dejaron la camilla sobre el césped para colocarlo sobre ella.—Lo llevaremos de emergencia al hospital —indicó el médico principal del equipo.Nash negó, el dolor estaba partiéndolo en dos, aun así, se forzó a hablar.—Déjame escuchar el silbatazo final —pidió.—Nash
Bienvenida seas Gala Cameron«¡Nuestra Gala está llegando!»Matthew se quedó de una pieza al escuchar las palabras de su esposa, estaba petrificado mientras Alana sostenía su vientre con las manos.—¡Matthew! —gritó al ver que no se movía de su sitio.—¿Gala? —preguntó aturdido—. ¿Nuestra Gala? —repitió.Alana apretó los labios en una fina línea. Ella adoraba, amaba cuando Matthew se ponía divertido, pero en aquel momento y en esas circunstancias todo era distinto. El dolor que nació en su bajo vientre y que corrió por su columna vertebral, le hizo gritar.—¡Sí, es nuestra Gala! —gritó—. ¡Por Dios, Matt date prisa! —exclamó ante la pasividad del futbolista.Mientras detrás de Matthew, Ava estaba en las mismas condiciones que su primo, el cuerpo le tembló con violencia cuando de los labios de Alana salió otro grito desgarrador.—Esto es una experiencia muy anticonceptiva —susurró la joven con un tono de voz temeroso.—¡Muévanse o prepárense para atender el parto aquí mismo! —gritó Alan
Un ángel«—¡¿Dónde está Connor Jackson?! —el grito y el golpe que cayó sobre la espalda de Isaac le hizo gritar con desesperación mientras se preguntaba ¿Cuánto más iba a sufrir por lo mismo? ¿Cuánto dolor su cuerpo podía soportar? ¿Cuántos meses habían pasado entre la vida y la muerte?Isaac no tenía idea, había perdido la cuenta luego de dos meses, cuando había caído gravemente herido y no supo cuánto tiempo pasó en aquel estado. Los rusos lo habían golpeado, humillado, torturado de tantas maneras que él ni siquiera podía contar. Un nuevo golpe entre sus costillas le hizo responder de la misma manera que lo había hecho todo ese tiempo:—¡Está muerto! ¡Está muerto!—Han pasado tantos meses y él sigue sosteniendo que Connor murió —dijo uno de los atacantes mientras Isaac luchaba por respirar, el golpe le había hecho expulsar todo el aire que retenía en sus pulmones.—¡Hemos perdido el tiempo! —gritó otro con enfado.Isaac moría por decirles “se los dije”, pero decidió guardar silencio
Tres días después.Alana y la pequeña Gala fueron dadas de alta por la doctora a cargo. La familia no fue a recogerla, por lo menos no toda la familia, Dakota estando a pocas semanas de dar a luz la llamó por la mañana para disculparse por no llegar al hospital ese día, que la esperaba en casa junto a su padre.—¿Mis princesas están listas para volver a casa? —preguntó Matthew entrando a la habitación donde Alana esperaba con Gala en brazos.—Más que listas, ¿vienes solo? —respondió Alana con otra pregunta.Matthew negó.—Ava y mi madre están en la sala de espera, también vino Cody —dijo.Alana asintió.—Es una pena que no podamos compartir esta felicidad con Daphne, ni siquiera sabemos en qué país está —dijo, sabiendo que, aunque Matthew no dijera nada, la echaba de menos.—Lo más importante es que ella esté bien, aunque esté lejos.—Ojalá pronto podamos volver a vernos —susurró Alana.Matthew le dejó un beso sobre la frente y otro sobre la pequeña frente de su hija.—Espero lo mismo
Conociendo el resentimiento.«¿Ángel?? ¿Eres tú?»Abby no supo que responder ante la pregunta del hombre, ella no se consideraba un ángel. Era más bien una mortal con apenas la mayoría de edad, ayudando a un tipo del cual no conocía ni su nombre.—¿Por qué no respondes? —preguntó Isaac, viéndola y sintiendo temor de que se marchara y lo dejara solo.Estaba tan cansado de estar solo y de caminar por el valle de oscuridad en la que se había convertido su vida durante los últimos meses que sentía que, si la chica se marchaba, él moriría…—En realidad, no sé qué decirte —susurró Abby acercándose dos pasos a la cama.—¿Me tienes miedo? —preguntó Isaac temiendo la respuesta de la joven.Abby negó.—Por supuesto que no, pero no te conozco, ni siquiera sé tu nombre —dijo—. No te rías, pero cuando vi el formulario y me di cuenta de que estabas como “X” te puse Xavier —comentó.Isaac esbozó una ligera sonrisa al escucharla.—¿Xavier? —preguntó casi divertido.—Sí.Él estiró la mano, esperando q
Volveremos El llanto de Gala despertó a Matthew, él se apresuró a ir donde su pequeña, la tomó en brazos y la acunó para mecerla con amor.—Calma, princesa que mamá está dormida —le susurró colocando su dedo entre la pequeña mano de la bebé.Gala se aferró a él y Matthew sintió su corazón explotar de felicidad. ¿Cómo era que un ser humano soportaba ese tipo de emociones sin llorar? Él no tenía idea, aún pensaba que estaba viviendo en un sueño. Desde que conoció a Alana su vida cambió y lo mejor es que no fue para mal. Todo lo contrario, él había tenido amores pasajeros, incluso había sido abandonado por Clara, quien decidió irse tras un francés.Pensar en Clara y en Simone le hizo pensar Vicent, ese pequeño francés que podía convertirse en una amenaza para el futuro de su hija.Matthew suspiró.—Estoy loco —dijo—. ¿Cómo puedo temerle a un niño de cinco años? —se preguntó.Gala, entre tanto, abrió y cerró sus hermosos ojitos un par de veces y algunos ruiditos salieron de su boca mient
De regreso a casa«Entonces volveremos»Daphne miró fijamente a Connor y notó la angustia en sus ojos. ¿Estaba comportándose de manera irracional? ¿Era su etapa hormonal por el embarazo? ¿Qué tan peligroso podía ser si volvían?Los pensamientos de Daphne pronto empezaron a cuestionarle sus deseos. Quería volver a Los Ángeles, estar con sus padres y hermanos. Vivir su embarazo en familia, pero…, quizá era un error volver.—Sea lo que sea que tu hermosa cabecita esté pensando, déjalo de hacer. Volveremos a Los Ángeles —aseguró Connor atrapándola entre sus brazos para no dejarla escapar.—Yo quizá me estoy apresurando —susurró Daphne mientras escondía el rostro en el pecho de Connor.—Llevamos muchos meses fuera, Dan, y en tu estado es normal que quieras estar con tu familia y compartirles nuestras alegrías. Volveremos y me aseguraré de cuidarte —dijo—. Te prometo que nada malo te pasará, ni Blake ni yo vamos a permitirlo —aseguró besando la frente de la joven.Daphne se aferró a la cint